domingo, 15 de agosto de 2010

Pensamiento del mes (agosto 10)


Hace tiempo que no hacia mis pequeños haikus con los pensamientos del mes. Me he encontrado uno del geniecillo de Woody Allen que me gusta mucho:

'Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas'.

En una sociedad donde se pide el 100% es lógico el error, es humano. Superar los errores nos hace mejor personas. Y como guionista, como creador es hasta saludable. De grandes errores, de grandes fracasos salen los Allen, Coppola, Scorsese, etc.

En fin, lo que diga el maestro Allen.

domingo, 1 de agosto de 2010

NUESTROS CONFIDENTES


Siempre están en una llamada, tras un mail. Nos avisan, nos ponen tras la pista, nos hacen ver que él tema es delicado, atrapante, interesante, inocuo, inofensivo o peligroso. Nos diseccionan con bisturí sus trabajos, sus conocimientos.

Durante los casi 10 años que llevo en esto del guión he tenido muchos y muy variados confidentes. Todos los tenemos. El último ha sido un abogado, alguien que me explicaba los entresijos de la política valenciana y me contaba los pormenores de un caso que ha tenido repercusión en prensa desde el 2006. Pero ha habido oftalmólogos, médicos de medicina general, políticos, agentes inmobiliarios, policías,... Cuando tenemos que escribir, cuando nos tenemos que acercar lo más posible a la realidad, lo mejor es hablar con los expertos. Y guardar una buena amistad con ellos, porque nuestros confidentes, si son buenos, si son reales, te van a ser valiosísimos para tu trabajo, para nuestro trabajo como guionistas.

Me contaba un amigo guionista que uno de sus confidentes era político, y que cada vez que quedaba con él, aparte de la escolta, tenía que sentarse de espaldas a la puerta, para que él lo hiciera de cara. En mi caso, solo tengo anécdotas vacuas, como aquel traumatólogo que me hizo pagar la cuenta de sus gins, o como me disfracé de agente inmobiliario para hacer, junto a “el jefe”, una entrevista de trabajo muy cabrona.

Todo eso me ha servido para plasmar universos ficticios que se acercan más o más a la realidad. Más allá del google, más allá de los periódicos existen gentes, oficios, personas, que te puedan dar una clave perdida que no encontrabas en tu historia. No pierdas la oportunidad de hablar con ellos. Incluso si no los conoces, busca su teléfono, consigue su mail, que preguntar nunca es ofender y a ti te sacan de un aprieto argumental. Y el mejor de todos: mi padre. Un policía en casa te cuenta pormenores que ni en el mejor capítulo de The Wire los encontraréis. Pero eso, me los guardo para mis ficciones.

Por cierto, vosotros, ¿Qué confidentes tenéis y qué anécdotas podéis extraer de ellos?