Aunque tarde, tenía pendiente mi lista de teatro del 2008.
No quería dejarla pasar, y variar algo de las que ya había leído en El País y El Mundo, bastante sesgadas por su visión de los 2 centros teatrales por antonomasia: Barcelona y Madrid.
En mi caso será igual pero me centraré más en Valencia (que para eso vivo aquí). Hay 5 espectáculos valencianos, 2 catalanes y uno de Madrid.
8) Lamar
La Compañía Teatre el Micalet me volvió a sorprender este año con un montaje donde conjuga compromiso social, personal y un buen ritmo en una historia entre fogones en ocasiones divertida, en ocasiones vibrante, y molesta, porque no decirlo.
3 de las cuatro chicas de ‘Una sopar de compromís’ (faltaba Amparo Fernández que parece que ha estado espléndida en uno de los éxitos de la temporada que me perdí ‘Germanes’ de Carol López) más una buena nómina de actores jóvenes, saben hablar de el mestizaje, la amistad y la comida de una manera amena y entretenida.
Lo mejor: el ritmo de la primera media hora es brutal. Estás dentro de una cocina y parece que te vayan a pasar un plato por los morros.
Lo peor: En algún momento perdura un cierto aroma brechtiano (marca Micalet) que podían haber sabido diluir y afinar. Pero sin duda lo peor la pareja de impresentables que teníamos a nuestro lado. No se puede venir ‘puesto’ al teatro!
7) Fool for love
Una propuesta madrileña que recayó en Valencia, esta versión de la obra de Sam Sheppard iba encabezada por una banda de mariachis. Hablé de ella en este post. Magnífica música, desgarradora historia, actores de buen fuste.
Lo mejor: su buen ritmo, musical y teatral, por supuesto.
Lo peor: Tal vez estirada al final. No el texto, más bien la cadencia.
6) Aurora De Gollada
Me sorprendió la propuesta de la Compañía Krisis Teatro-Danza. Un texto de Beth Escudé que destilaba corrosivo humor. Creo que lo más notable (y no lo único) es la dirección de Josep Manel Cassany. Y, por supuesto, la irreverencia y el trato dado a un tema tan delicado como la violencia de género. Había visto ya 2 espectáculos con el mismo tema con un posicionamiento marcadamente dramático, que aplaudo, pero que sobrecargan las tintas demasiado, creo yo.
Lo mejor: La construcción dramática es muy acertada, y por supuesto, la escena de las monjas bailarinas me hizo reír un buen rato.
Lo peor: Que se haya visto tan poco. Puede ser una mirada que molesta (no deja títere con cabeza) y eso no suele sentar bien.
5) Ansia
Conocía el texto de Sarah Kane de oídas, pero gracias al VEO y a Xavi Puchades tuve la oportunidad de verlo escenificado. Desde el espacio creado (una nave medio abandonada que creo que es una carpintería), pasando por las interpretaciones, o sobre todo las interpretaciones, Puchades dirige un grito desgarradora poético sobre la condición humana, sobre la existencia. Deja sin aliento.
Lo mejor: mi predilección por uno de los actores, Miguel Ángel Altet, aquel que si hubiera nacido en Brooklyn habría estado entre los actores que se rifarían Coppola o Scorsese. En él hay sensibilidad y brutalidad, elegancia y un mundo perturbado. Un Harvey Keitel en estado puro.
Lo peor: Pues como antes. Una putada que no se haya podido ver más en otros lugares.
4) Reencuentros
Redescubriendo a Jero Cornelles, uno de los creadores de escena más interesantes que me he encontrado. Cuando salí de la obra le mandé un mensaje a un amigo que se que es un gran fan de John Cameron Mitchell para que no se lo perdiera. La historia de estos reencuentros me recordó tanto a ‘Short bus’ como su manera de entender el lenguaje escénico. Además, ya es hora que tomemos el teatro como un arte en transformación con otros lenguajes como el vídeo, pero sin ser sobrealimentados entre si, ni fagocitados.
¿Por qué digo esto? El teatro contemporáneo suele tener una sobreabundancia del espacio mental del espectador con imágenes, proyecciones, discursos sonoros, etc, que acaba distanciando al espectador del discurso de la obra, de qué cuentan, de cómo lo cuentan. Y pasa lo típico, que desconectas y cuentas el número de luces del techo.
En este caso ‘Reencuentros’ es una búsqueda por contar historias entrelazadas en una gran ciudad con una gran sensibilidad y una acertadísima puesta en escena teatral y visual, con una cámara grabando todo el rato. Si tenéis oportunidad no os lo perdáis.
Lo mejor: unos actores en estado de gracia.
Lo peor: Cuando hay un texto con varias historias suele pasar que hay alguna que gusta menos, que es el caso. Pero claro, eso es normal.
3) Tocamos a 2 balas por cabeza
La compañía catalana Los Corderos SC (aunque son de Castellón trabajan en Barcelona) son una de las apuestas más fuerte del circuito teatral alternativo. El trabajo del cuerpo, la investigación en el lenguaje, en la mínima palabra posible y en una textualidad lateral (cercana a la de Brossa, porque no decirlo), son los ítems más destacados de su trabajo. Su humor dadá, absurdo, o como se le quiera llamar, es fuente inagotable de la creatividad de estos chicos. Sorprenden en cada movimiento.
Lo mejor: Ellos, sobre todo los creadores germen de la compañía, Pablo Molinero y David Climent.
Lo peor: espectáculo de difícil mirada que necesita un espectador con recursos escénicos y sin miedo a abrir las puertas del cerebro. Y de esos no abundan, pero hay.
2) Rock’n’roll
Tengo debilidad por Rigola. El director de Lliure me engancha cada vez que sube algo a escena. Fui a Barcelona a ver ‘Rock’n’roll’ con unas ganas locas. Y no salí defraudado. El rock siempre ha sido irreverente, creativo, ha sido una revolución, mucho más política de lo que nos podríamos imaginar.
Esta obra de otro monstruo, Tom Stoppard, habla de una revolución, la rockera, dentro de otra, la de las ideas, en los años 60 y 70. El análisis y profundidad de ‘Rock’n’roll’ debería ser estudiado en los talleres de dramaturgia. Se puede ser subversivo oyendo el ‘Start me up’ de los Rolling (me emocioné cuando sonó en escena).
Lo mejor: la secuencia entre ese matrimonio inglés de clase media-alta donde ella se muere y solo le pide a la alumna de él que no se lo folle hasta que ella no se muera (porque tiene un cáncer terminal). Magistral.
Lo peor: una metraje largo que puede molestar a público no acostumbrado, aunque yo me hubiera tragado 2 horas más, si hace falta.
1) Construyendo a Verónica
Aunque es un espectáculo del 2006, este año hicieron su despedida a la que pude asistir y no quería dejar pasar la oportunidad. Un thriller cojonudo que a alguien se le ocurrirá, algún día, llevar a la gran pantalla. Como en el otro espectáculo de Cornelles, sus códigos no son teatrales (y se agradece) sino cinematográficos. Teatro directo a la persona de un montón de actores/actrices que te explican cuál fue su relación con la difunta Verónica.
Lo mejor: su gran gira, sus interpretaciones, la atmósfera que crea, la estructura tan novedosa.
Lo peor: que se haya terminado.
Muchos me habré dejado en el tintero. Vi ‘Barroco’ y me gustó, pero me esperaba el gran espectáculo que nos han querido vender, y no era eso. Muy buena propuesta, eso sí, pero hay está. Me quedé sin ver ‘Germanes’, ‘La ruïna’, los Veronese y Daulte que han pasado por Madrid y Barcelona, a Angélica Lidell en el CDN, además de los espectáculos de la Cuarta Pared, siempre interesantes.
Espero este año 2009 poder ver más teatro y desplazarme más a Madrid, Barcelona, y si pudiera ser Sevilla y Bilbao. Pero también pido que os acerquéis a Valencia. En ocasiones hay pequeños montajes que merecen la pena disfrutarlos.
Vuestros 8 del 2008? Venga va, proponedme que puedo estar a tiempo de verlos :)
jueves, 29 de enero de 2009
8 del 2008 (teatro)
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1 comentario:
bueno, un quinto puesto... no está mal, no? Una pena, sí, no poder haberlo mostrado en algún otro lugar abandonado/teatro más tiempo. A ver si tú tienes más suerte, majo.
Un abrazo.
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