sábado, 17 de octubre de 2009

Libro del mes – Octubre 2009


Diario de rodaje A ciegas de Fernando Meirelles

Lo había visto en la librería Caixa Forum en Madrid, pero me resistí, hasta que vi la película. A ciegas me ha parecido, hasta el momento, la mejor película del año. Incluye tensión, mal rollismo, reflexión (serena, profunda), una importante conclusión sobre la percepción, sobre la mirada, que como muy bien asevera Saramago en la contraportada del libro: ‘Si puedes mirar, ve. Si puedes ver, repara’.

Total, que me hice con él la 2ª vez que me crucé con él. No he leído la obra original, tengo (lo sé) una visión mutilada. Pero lo recomiendo a todo aquel que vaya a empuñar una cámara.
Es un diario de rodaje lleno de matices. Van unos cuantos.

Sobre lo inesperado: “Invité a Gael para hacer el Rey de la sala 3 porque me imaginé que sería más sorprendente un villano con buena pinta, con cara de niño inofensivo. Ya me habían dicho que es un actor que suele intervenir bastante en la creación de sus personajes y esa fue otra razón para llamarlo. Me gusta oír ideas ajenas y las uso siempre. Cuando se colocan las fichas en lo inesperado, lo inesperado sucede. Pagué para ver.”

Sobre los guionistas: “Me sorprendió al principio el tono hostil que utilizaba el guionista (hablando de la relación entre el primer ciego y su mujer), pero después vi que allí había una oportunidad para crear un buen arco dramático para la pareja. Los guionistas saben que el conflicto es la mejor gasolina para cualquier historia.”

Sobre su manera de rodar (muy interesante): “En esta película César Charlone (su director de fotografía) y yo perfeccionamos una buena manera de trabajar con cuatro cámaras, hasta puedo llamarlo método, (…): para planos generales de la ciudad, o imágenes con muchos detalles, usamos una cámara llamada Vista Visión. Ésta rueda en 64 mm y genera una imagen bien definida y estable. (…) Después tenemos una cámara A, una 35 mm que cuenta la historia. (…) Tenemos siempre una cámara B, que intenta contar la misma historia de forma más indirecta. Cubre la escena a través de reflejos, por la espalda de los actores, hace los closes, busca encuadres menos obvios. (…) Si la cámara A es prosa, la cámara B es poesía. (…) Finalmente hay una cámara de 16 mm que entregamos a la casualidad o a lo que Dios quiera, como dice César.”

Y lo demás en el libro. Comprároslo. O lo robáis, me da igual.

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