
Ayer, en nochebuena, se fue uno de los grandes.
Se lo ha llevado un cáncer.
Autor de teatro (guionista también), comprometido, lúcido (al recoger el Nobel tuvo escrúpulos para decir que debían de procesar a Bush hijo y a Blair por los crímenes de guerra).
Nos hizo creer en el abismo entre la realidad y el deseo. Sucumbió al mundo de las ficciones para mostrarnos otra realidad, oculta, efervescente.
Diálogos sintéticos, ambiguos, que ocultaban y mostraban información como en un juego de cartas.
Creo que si en algo ha sido maestro, es en diálogos aparentemente inocuos, pero que meten el dedo en la llaga.
Ejemplo: el matrimonio de “The lover” al principio de la obra:
RICHARD.- (Sonriente) ¿Viene hoy tu amante?
SARAH.- ¡Humm…!
RICHARD.- ¿A qué hora?
SARAH.- A las tres.
RICHARD.- ¿Vais a salir o vais a quedaros en casa?
SARAH.- …Supongo que nos quedaremos.
RICHARD.- ¿No querías ir a esa exposición?
SARAH.- Sí quiero… pero prefiero quedarme hoy aquí.
RICHARD.- Muhmhumm. Bueno, tengo que marcharme.
SARAH.- ¡Humhumm!…
RICHARD.- Entonces… volveré hacia las seis.
SARAH.- Sí.
RICHARD.- Que lo pases bien.
SARAH.- Espero.
RICHARD.- Adiós.
SARAH.- Adiós.
Pero también “Regreso al hogar”, “Traición” o “La fiesta de cumpleaños”. Un autor indispensable para todo guionista.
Tal vez era el autor vivo más interesante de teatro.
Señor Mamet, es su turno.
2 comentarios:
espero que ese "sr. Mamet, es su turno" no sea una invitación a que se vaya al otro mundo... jeje... Bon Nadal (con retraso) y feliz año nuevo... que te traiga mucho curro los reyes...
No hombre, que ahora es su turno para ser el mejor dramaturgo vivo!
Feliz año a ti también :)
Lo mismo digo.
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