miércoles, 18 de marzo de 2009

Libro del mes (Marzo 2009)


Yo ya he estado aquí (ficciones de la repetición) de Jordi Balló y Xavier Pérez

Hace mucho que no escribo de libros (no es que no lea, es que no escribo simplemente), y lo último que he devorado ha sido este ensayo sobre la repetición muy aplicable al concepto de series de ficción.

Balló y Pérez desarrollan un catálogo de situaciones adaptándolas a temas (o ítems) más comunes en la historia de la ficción. Para ello se basan, sobre todo, en los clásicos (grecolatinos), para después saltar a la modernidad televisiva (y cinematográfica) en un continuo flashback / flashforward que ni Tarantino en ‘Pulp fiction’.

Para empezar lo primero destacable es la partición de los capítulos, 11 y muy dispares: desde el amor, pasando por la identidad, el infierno, el hogar, la muerte, los tabúes, el infinito,… y subdividiendo estos también en un trabajo de alquimia y cirugía propia de un relojero (en este caso relojeros).

En cada capítulo sonsacan las constantes del tema tratado viendo como ha sido llevado y como se ha repetido sus estructuras en la ficción.

Me pareció muy interesante el capítulo dedicado al ciclo del amor, tema sobreexplotado hasta la saciedad y que tiene múltiples y variadas ramificaciones, pero todas bajo esta frase de Denis de Rougemont: ‘El amor feliz no tiene historia’. Y es que el libro también seduce por la gran cantidad de referencias bibliográficas de todos los ámbitos (literatura, cine, ensayo, filosofía, cómic, teatro, etc).

Otros capítulos son sugerentes por la capacidad de seducción del tema en cuestión. Es el caso de ‘La tentación del infinito’. Desde la referencia a ‘Continuidad en los parques’, esa pieza de orfebrería que escribió Julio Cortázar, hasta películas como ‘Atrapado en el tiempo’, la idea de infinito es recurrente en múltiples y variadas ficciones. Hablan de la multiplicación, la repetición que da vértigo, y que como afirma Deleuze la repetición es propia del humor y la ironía, aparte de ser transgresora. Pero también tratan la huida que puede parecer infinita. Y en uno de los apartados, Encerrados en la fortaleza’, emerge la idea de encierro claustrofóbico que enseguida nos recuerda a ‘El ángel exterminador’.

Obviamente es un compendio, y ahí podría estar, en parte, su único pero. No propone, no incita al lector a abrir sus ventanas creativas. Está claro que eso forma parte del lector, si es capaz de sugestionarse por alguno de los temas (porque tal vez este escribiendo sobre uno de ellos y se encuentra en ese callejón sin salida que a veces nos metemos), y digamos que al recopilar están señalándote las fuentes de tu (nuestro) trabajo.

Pero es sobre todo una herramienta estupenda para sistematizar los conceptos de serialidad. Los ejemplos son claros (algunos, en mi caso, los desconocía), y sabe crearte la curiosidad por enmarcar tus historias dentro de algún tema tratado.

Ni que decir tiene que lo recomiendo. Una lástima porque quería habérmelo leído después de ‘La semilla inmortal’, que fue el primer ensayo de ficción de estos dos autores catalanes, pero me interesaba (re)conocer los mecanismos de las series que veo en la actualidad.
Si alguien lo ha leído me gustaría saber que le pareció. Si no, espero que os haya interesado y me recomendéis algún libro. Ficción también me sirve. Sugerencias please.

2 comentarios:

Silver Surfer dijo...

Hola Gabi, pasaba por aquí y no he podido resistirme.

Hace un tiempo que comencé el libro de balló y Pérez, pero por razones que no vienen al caso lo tuve que dejar y ahora estoy por la mitad.

Quizás es un poco abstracto. Pero como ocurre en "La semilla inmortal", lo importante es la cantidad de referencias que manejan.

Personalmente, el mejor libro que he encontrado sobre las series de tv es "El relato electrónico, publicado por La Filmoteca de la GV. Es muy técnico pero vale la pena leerlo atentamente.

Y el último libro que he leído... pues "Yo Fatty", de J. Stahl.

salu22

gabkarwai dijo...

Tomo nota de las dos referencias.
El de Fatty lo había ojeado pero no me había hecho a la idea. Aunque sabiendo muchas anécdotas de los felices 20 en Hollywood (hay algunas sobre Douglas Fairbanks Jr. o John Barrymore que sonrojarían al más punky), me picaba la curiosidad.