jueves, 8 de mayo de 2008

COSAS QUE HACER EN OPORTO CUANDO ESTÁS...


Amé tanto esa película durante tanto tiempo (“Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto”) que va mi pequeño homenaje a Gary Fletcher y, sobre todo, Scott Rosenberg.

- Pasear sin rumbo fijo y sin guía delante sabiendo que lo mejor del camino es aquella parte que aún no conoces y tienes que descubrir.

- Encontrarte con un tranvía y subirte a él sin un compromiso de vuelta.

- Saber que vas en buena compañía.

- Saber que tal vez me crucé con "el guionista con Ray-ban" (estuve donde hizo esa maravillosa foto!) y tuvimos una conversación intrascendente sobre la comida portuguesa.

- Observar con placer el templo de la sabiduría, la biblioteca Joanina de la Univ. de Coimbra.

- Oscilar encima de un puente oscilante. (Yo y las alturas. Incompatibilidad de caracteres).

- Saber que no existes si no estás representado. No existes si no te fotografían. ¿Para qué sirven las fotografías?

- Comerme unas galletitas riquísimas en Santa María de la Feira mientras visitábamos el castillo y pensaba que allí se podría rodar una gran peli de época.

- Terminarme la nueva reseña (el nuevo libro de este mes, que llega en breve) para cerciorarme que las buenas historias nacen de las anécdotas más cotidianas (como decía la Highsmith).

- Disfrutar de un buen vino verde a la orilla del Duero y pensar que, como en la fotografía, veo la vida del revés y todavía no me he dado cuenta.

1 comentario:

guionistaconrayban dijo...

Visita esta noche mi blog, me he tomado una pequeña licencia...

Muy buena la entrada.